Nigeria y Benín en su parte sur, y con Argelia y Libia en la zona
norte. Parte de su geografía está invadida por el mítico desierto del
Sahara y la meseta de Djado. El río Niger y el Lago Chad son también
de suma importancia en su existencia, ya que ambos convocan los
asentamientos de la mayor parte de la población, y son parte vital de
su economía.
Por el lado de sus atracciones y recursos turísticos, el visitante
podrá elegir la inolvidable experiencia de recorrer el desierto del
Sahara en camellos, o bien en 4×4, realizar safaris en la sabana,
trekking y escalada en sitios como el Macizo de Air, o deportes
acuáticos como piragüismo o vela en el mencionado Lago Chad.
Su capital recibe el nombre de Niamey, y se podría definir como una
ciudad de contrastes: una parte va surgiendo con matices
arquitectónicos modernos, y otra, conserva los aspectos tradicionales
de los pueblos africanos. Un ejemplo de esta realidad es Bukoki, donde
se congregan diversas tribus, y entre otras cosas, montan un mercado
destinado a la subasta de animales. Algunos atractivos para el turista
son el Centro Cultural Franco-Nigeriano, el Zoo, el Jardín Botánico,
el clásico Barrio de Artesanos, el Aquarium, y el Museo Nacional.
Imposible de omitir resulta la ciudad de Koure, popular por sus
jirafas, el Monte Greboun, y toda su zona de sabana, donde habitan
animales como gacelas y leones entre muchos más.
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