miércoles, 26 de enero de 2011

Religiones Africanas

En el continente africano existen dos grandes ámbitos culturales
determinados por influencias religiosas distintas, que se distribuyen
en el norte de África y el área subsahariana. Además, en África
resulta fundamental el impacto de dos religiones extrañas al
continente: el cristianismo y el Islam.

Religiones Étnicas
Las religiones étnicas africanas se caracterizan por su variedad.
Perduran cazadores-recolectores como los san (bosquianos) del desierto
de Kalahari o los pigmeos efe y mbuti del bosque ecuatorial. Divinizan
la bosque y agradecen a los que imaginan sus pobladores sobrenaturales
el alimento y su ayuda. Al vivir en grupos muy poco numerosos y
nómadas no tienen santuarios ni poderosos especialistas religiosos.
Entre los pueblos pastores del África subsahanana como los dinka del
sur de Sudán o los fulani de Niger y Chad el ganado es divino y los
rituales principales buscan propiciar la fertilidad de los animales y
preservar su salud, en especial durante a fiesta anual del ganado.

Los pueblos agricultores forman agrupaciones más numerosas, tienen
dioses de las cosechas pero también divinidades supremas. En muchos
grupos diferentes se ha testificado la creencia en dioses creadores
que se han retirado del mundo de los humanos (se les llama dioses
ociosos) y aunque se les recuerda no se les ofrece culto. Continúan su
labor otros dioses o seres sobrenaturales (se les llama dioses o
héroes culturales) que convierten al mundo en habitable para el ser
humano y a los que se agradece los favores en el culto cotidiano. Los
rituales africanos son muy variados, los principales buscan dar culto
a los antepasados, Iibrarse de la brujería o poner de relieve la
soberanía de los reyes y gobernantes. El ritual africano más complejo
que se conoce es el sigi de los dogón de Mali, que se realiza cada 60
años y rememora y restaura la creación del mundo.

Los ndembu
Un caso ilustrativo de religión agrícola es el de los agricultores
ndembu del noroeste de Zambia. De entre los múltiples ritos que
configuran su religión, destacan los matrimoniales y reproductivos.
La sociedad ndembu es matrilineal, es decir, la mujer transmite los
derechos sucesorios y determina la línea de descendencia, aunque la
residencia matrimonial la determina el marido, lo que supone que los
recién casados vayan a vivir con el grupo familiar centrado en la
madre o en la hermana del esposo.

Este sistema genera un conflicto en las mujeres, que por una parte se
ven sometidas a las exigencias residenciales de la familia del marido,
que intenta retener durante el mayor tiempo posible a los hijos y a la
madre, y por otra parte se sienten presionadas por el grupo materno
que intenta atraerse a la mujer y su prole por medio del divorcio. Los
conflictos suelen materializarse en diversos trastornos de la mujer,
que van desde la esterilidad a partos múltiples o menstruaciones
anormales. En estos casos se considera que una antepasada de la mujer
actúa en venganza avisando de que alguien no está cumpliendo
correctamente sus deberes hacia la familia.

Para determinar el origen del conflicto, actúa un adivino que indica
quién es la causante del problema y, por último, un sanador espiritual
que por medio del rito soma resuelve la situación. La evidente
arbitrariedad de la aparición de un ancestro parece en realidad un
mecanismo que intenta conseguir la pacificación de la actitud que está
provocando conflictos. Las dotes del adivino sirven en estos supuestos
para determinar lo que se considera un problema. Cuando un grupo
retiene demasiadas mujeres, junto a su prole, por la doble vía del
matrimonio y del divorcio, pueden surgir problemas por el tamaño del
grupo.

El islam en África
En el norte de África se mantienen aún poblaciones nómadas o
semi-nómadas como los tuareg o los bereberes, que tuvieron contacto
con el islam desde épocas tempranas y lo difundieron en su entorno.
Por otro lado, en la zona subsahariana perduran religiones étnicas y
se han creado otras sincréticas, con elementos ancestrales y con
influencias ajenas a las propias costumbres.

La penetración islámica es antigua y muy homogénea en el norte:
Egipto, Libia, Argelia, Túnez, Marruecos, países en los que además es
la religión oficial. Sin embargo, es más reciente en la zona
subsahariana. El Islam se extiende de forma muy generalizada en Sudán,
Mauritania, Somalia, Senegal, Gambia, Guinea, Níger y Malí. Es la
religión mayoritaria en Chad, Sierra Leona y Nigeria. En algunos casos
convive con las religiones africanas aborígenes como en Sudán, Guinea
Bissau, Sierra Leona, Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo y Benin; o
enfrentado al cristianismo como en Eritrea y Etiopía, Liberia o Ghana.

Pero el islam es una religión que mantiene su expansión en África. En
la actualidad es creciente en la costa oriental del continente, como
en Tanzania y Mozambique, y en países ya citados como la franja de los
limítrofes con el sur del Sahara (Chad, Níger y Malí) y sus aledaños
(Nigeria, Burkina Faso y Costa de Marfil).

En lo relativo a los datos totales hay que tener en cuenta que el país
más poblado de Africa, Nigeria, cuenta con más de 50 millones de
musulmanes. Aunque sea menos de la mitad de la población del país, se
trata de un número solamente superado en África por el de los
musulmanes de Egipto, que se aproxima a los 60 millones.

El cristianismo en África
El cristianismo tuvo dos momentos de expansión. El más antiguo llevó a
la consolidación de la ortodoxia en Etiopía, el segundo se produjo con
la penetración de las potencias coloniales europeas, que utilizaron a
los misioneros de todas las iglesias para controlar a la sociedad
africana aborigen.

La zona de mayor impacto del cristianismo colonial parte de
territorios fronterizos con el Islam meridional y engloba al centro y
sur de Africa.

El catolicismo es generalmente hegemónico en los antiguos dominios
coloniales de potencias católicas como Bélgica, Portugal, España y
Francia. El protestantismo suele imperar los antiguos territorios
ingleses.

Un caso particular lo marca Sudáfrica, donde la inmigración
proveniente de países protestantes determina la importancia de esta
religión.

Otro fenómeno muy destacado en el África central meridional es el
impacto de las iglesias afro-cristianas independientes y sincréticas,
a las que se adscribe la cuarta parte de los fieles en bastantes
países como Congo, Republica Democrática del Congo, Kenia, Zimbabwe,
Zambia, Swazilandia y Sudáfrica. Sirven en algunos casos de vía de
consolidación de una opción que, aunque posea raíces de una cultura
extraña, incluye ritos y costumbres de los cultos aborígenes.

Cultos aborígenes y diversidad religiosa Una característica peculiar
de la religión africana es el mantenimiento de cultos pre-europeos en
muy diversas zonas, incluso islamizadas o cristianizadas desde antiguo
como Sudán o Etiopía.

Los cultos aborígenes son importantes tanto en países del África
occidental (Guinea Bissau, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil,
Burkina Faso, Togo, Benin), como del África oriental y meridional
(Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbabwe, Botswana, Madagascar), y en
los últimos decenios, tras la independencia, no suelen sufrir la
fuerte presión por parte de misioneros y de religiones no africanas
que era habitual anteriormente, con ciertas excepciones entre las que
destacan las de los países musulmanes. Además, salvo en los países
musulmanes del norte, resulta habitual la multirreligiosidad con la
convivencia en un mismo país de muy diversas religiones, en algunos
casos con un número de seguidores muy aproximado, sin que sean
habituales los conflictos religiosos, ya que los enfrentamientos
suelen estar causados por diferencias tribales y, además, grupos
antagónicos pueden poseer la misma religión como consecuencia de la
acción de misioneros o de potencias coloniales

Alejandra Angulo
EES
http://curiosomundoazul.blogspot.com/2010/12/religiones-africanas.html

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